martes, 14 de agosto de 2007

Elucubrando

Me gusta mirar los objetos lentamente,
contemplarlos con paciencia, individualizándolos,
separándolos de su entrono…

Detenerme a pensarlos, reflexionarlos, deshacerlos y volver a construirlos, verlos como si fuera por primera vez…

Así sea el objeto más ordinario… una silla, un cenicero
o la triste perilla de una puerta olvidada…

Como disfruto quitándome esa automatización visual de lo conocido; renegando a ese reflejo retiniano de ceguera mental acostumbrada

A veces me pareciera que los objetos inermes son la persona misma de su creación… Y entonces elucubro, imagino… en una especie de trance intento disociarme de todo prejuicio… limpiarme, purificarme y así, mirar…

Y los objetos se vuelven bellos, puros, únicos, desnudados en su esencia… hasta el mas torpe aparato me resulta sublime, mostrándome esa aura de idea, de creación, fuera de toda forma y de toda materialización

así yo… disuelto en su núcleo, intento entender su por que, ése… que jamás en palabras podría describir.

Gradilla.
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1 comentario:

Jazmin Lau dijo...

Pablo; comparto ese sentimiento, me pasa con mi nombre, con las palabras que uso diario tambien. Es como una necesidad de ir mas alla no? de indagar, no se, lo explicaste muy bien, tal cual es.